El ser humano desde el momento de la concepción es reconocido como sujeto de derechos y deberes para sí mismo, la familia y la sociedad, por ello se hace prioritario el reconocimiento a la inclusión social no como una oportunidad, un premio o un momento, simplemente es una realidad; el hombre desde su esencia es un identificado como un ser social.
Su desarrollo está condicionado al fortalecimiento y exploración del medio que lo rodea, la construcción de su propio mundo reviste en las relaciones humanas, la cultura y la educación como área que le permite vivir y crear acciones con un horizonte de sentido integral que teje acciones desde y para sus intereses, habilidades y necesidades.
La educación persiste en la búsqueda de nuevas oportunidades, lograr que cada individuo sea participe, identifique y diferencie estrategias que lo confronte y conlleve a formar autoconciencia y autonomía, a liberar pensamientos utópicos y convertirlos en realidades, entender que el conocimiento se aplica, se forma y es diverso, trabaja en forma rotativa es decir desde lo particular hacia lo colectivo y a su vez desde la colectividad a lo individual.
Entender las necesidades educativas exige acompañar y dirigir desde un proceso meramente humanístico, teórico y práctico que resulte competitivo, eficaz y con proyección. La inclusión educativa rompe paradigmas de desintegración, debe ser transversal, apunta a la organización y al desarrollo de un sistema activo que moviliza hacia la comunicación, el deporte, la tecnología, la ciencia, la administración, la política y la cultura; desecha las limitaciones, mantiene el derecho a la igualdad y comprende la diferencia, conduce al cambio y a la oportunidad, rechaza la esclavitud y posibilita el acceso a los bienes y servicios de la sociedad.
La Constitución Política de Colombia en el Artículo 67 establece y apoya la inclusión educativa, lo que visibiliza al aprendizaje como la base de todo el desarrollo humano.
La Corporación Iberoamericana de Estudios CIES, aplica las políticas educativas en la incorporación de hombres y mujeres a un sistema que promueve la acción y participación en programas de preparación técnica y laboral, defiende la oportunidad y mantiene el ejercicio diario de la competitividad, enmarca territorios de participación y genera oportunidad para el desarrollo de los estudiantes, la familia y el estado.
El desafío de la enseñanza requiere planear para formar, establece habilidades y competencias, determina principios y propósitos para el aprendizaje, promueve objetivos que ofrecen respuesta al saber ser, saber hacer y saber conocer.
Hoy en mi calidad de docente me permito ser participe en la edificación de una educación basada en las raíces populares, el hombre aprende según su entorno, la familia y la ciudad. La educación es vida y sin ella la existencia del hombre se convierte en un pozo de pobreza social y humana.
SANDRA MILENA ZUAIN RODRÍGUEZ
Licenciada en Educación Preescolar
Especialista en Educación y Orientación Familiar.